Generales: Feliciano Rodríguez Montes. Nació en General Terán, pero se crio en La Barranca, municipio de China. Estudió hasta 5º año de primaria. Nació en 1921, el 9 de agosto. Antier cumplió 95 años. Desde muy joven fue pastor de cabras, hasta los 19 años, en ranchos vecinos de La Barranca. A esa edad escuchaba a acordeonistas de la región, como Tranquilino Hernández, de La Barranca. Feliciano tenía 19 años y Tranquilino ya “era hombre grande”. Otro acordeonista de la época fue Antonio Tanguma, músico entonces de unos treinta años. Feliciano lo conoció en 1939. Chanito piensa que un primo suyo, Isidro Montes, compuso “De China a Bravo”. Bajo sexto de la época fue Moisés Camarillo, quien tocaba con Los Populares de China. Chanito conoció a Rogelio Cortés “de chiquito”. No conoció ni escuchó a Francisco Galindo, maestro de música avecindado en China hacia 1940.

Aprendió a tocar acordeón “en la majada”, con acordeón de dos teclados, Hohner. A los 19 años ya tocaba. Aprendió a los 18 con un acordeón propiedad del hijo de su patrón. El muchacho se llamaba Toribio Ríos y su papá Miguel Ríos, dueño de cabras y vacas y agricultor. Miguel Ríos compró el acordeón nuevo, para su hijo, en Monterrey en 55 pesos. Sería 1935.

Feliciano asistía a los bailes en ranchos de la región. Recuerda muy bien a Tranquilino y a Antonio Tanguma. Tocó en China acompañado de un bajo sexto y con un conjunto en Reynosa. Se mudó a Reynosa en 1945. En la ciudad fronteriza conoció al acordeonista Elpidio Peña. En China, Tacho también tocó con Lupe Cantú en cantinas.

En la época tocaban en las cantinas de China Felipe Chapa, acordeón; Adelaido Chapa, guitarra… Había cantinas suficientes para dar trabajo a varios músicos. Los clientes habituales de la época eran “muchos. Iban de ranchos”. Los petroleros aún no se notaban. “Los petroleros vinieron en el 50, cuando ya estaba aquí yo [en Reynosa]. Recordemos que la refinería de Reynosa se inició en 1950.

En la música siempre ganó suficiente para mantenerse. A Reynosa se fue con Fidencio Cavazos, bajo sexto de Terán. Actuaron por años con el nombre de Los Abajeños. Tocaban en bailes, quinceañeras y otros acontecimientos. “Era buena época, porque estaba muy barato todo y aunque ganara uno poco, como quiera. En la radio se escuchaba la música de Narciso Martínez, el Huracán del Valle.”

También el cultivo de algodón estimuló la música de acordeón pues los músicos eran demandados en la zona de Río Bravo, Empalme, Control y otros sitios en los que se cultivaba la semilla. Los Abajeños tocaron en la región. Se mantuvieron tocando por más de 15 años. La agrupación convivió con músicos como Cornelio Reyna, con quien Chano tocó casualmente en alguna ocasión; tocó de la misma manera con Homero Guerrero, en “el otro lado”.

Los músicos se encontraban en cantinas. “Había una cantina en la que nos juntábamos todos los músicos. Y ahí llegaban los clientes; en El Cadillac, [en el barrio] de El Central.” Ahora ya no hay músicos en El Cadillac, pues se reúnen en La Calle del Taco. La mejor época de El Cadillac terminó hace tiempo. “Ya tiene tiempo que ya no hay ni gente ahí. Más de 10 años, como unos 15 años.”

Chanito se decidió a reparar acordeones “porque estaba en El Cadillac y luego llegaban unos que: oye arréglame el acordeón, y ya me arrancaba pa mi casa a arreglarla. Y luego ya cuando iba, pues: nombre se nos fue una chamba y se llevaban a otro…aunque no fuera cierto. Y luego ya me dediqué nomás a arreglar acordeones.”

Don Chanito aprendió el oficio de reparador de acordeones en Reynosa, con Pilar Cantú, de Herreras, quien tenía un taller en la ciudad. Tiene en el oficio más de 20 años. Hasta entonces tocó regularmente. La tocada también le produjo muchas satisfacciones, pero nunca grabó en disco, sólo en casetes, en reuniones de amigos. Ha arreglado acordeones a muchos, como Ramón Ayala y a Juan Villarreal El Cachorro. El segundo es originario de Nuevo Progreso, Tamaulipas. Otros clientes suyos han sido Javier Ríos, de Monterrey. De EEUUAA también le han encargado reparaciones. Últimamente se han distanciado los clientes de EEUUAA, por la inseguridad.