"Jairo (Raptor es su nombre artístico) es un joven productor musical de la ciudad de Matamoros, tiene 23 años y proviene de una familia de clase media baja, en cuya casa vive. Tiene estudios de licenciatura en comunicación social y trabaja ofreciendo servicios de producción musical (dirección, grabación y edición) y composición por encargo.

Desde joven destacó en las habilidades líricas y escuchó rap y otros géneros musicales. Para complementar la economía doméstica grababa discos "piratas". A los 17 años, en compañía de un colega, compuso su primera canción de éxito en la ciudad, con temática narcorrapera y patrocinio local. Sin embargo, los deseos de terminar sus estudios y el ambiente de intensificación de la violencia, que arreció a partir de 2008, entre otros factores, lo llevaron a salirse de este ambiente y concentrarse en su carrera universitaria, mientras la violencia hizo crisis.

Trabajó en la composición de letras para un estudio de grabación. Después tuvo la oportunidad de ser promotor cultural, contratado por el municipio para fomentar valores de la no violencia en primarias y plazas públicas.

A partir de 2011 trabajó en la composición sobre pedido, especialmente de Estados Unidos, ya que trabajadores legales e ilegales, polleros, etcétera, solicitaban canciones para sus padres difuntos, amores imposibles y vidas de parranda. Su público es diverso, lo que le permite rechazar nuevas ofertas para hacer narcorrap que eventualmente recibe, explicando que ya no se dedica a eso.

Raptor cobra según el cliente; tiene tarifas diversas para personas que conoce y para empresas o partidos políticos. En promedio obtiene 1 200 pesos por canción. El procedimiento consiste en que él recibe, en persona o por vía digital, el contenido y datos específicos, que puede convertir en canción en pocos minutos dependiendo de su necesidad y estado de ánimo. Aunque no quiere bajar el precio más de 1 000 pesos para no desvalorizar su trabajo, sus convicciones se ponen a prueba al observar que otros raperos cobran 100 o 200 pesos por composición y construyen canciones que dejan mucho que desear en cuanto a la calidad de sus componentes (letra, rima, ritmo y voz)".

(Tomado de "El rap como economía en la frontera noreste de México", en revista FRONTERA NORTE, VOL. 28, NÚM. 56, JULIO-DICIEMBRE DE 2016, pp.96-97).


Raptor explicó que no le llevaba mucho tiempo hacer toda la composición y la producción. Hablaba de pocas horas. Para validar sus dichos, le pedí que me hiciera un rap, con la información que le había yo proporcionado, sobre lo que hago como investigador y sobre mis intenciones con este trabajo sobre el rap. No se tardó las dos horas y media que prometió, sino cuatro. Comentó que su proveedor de estudio le quedó mal y que debió improvisar. Este es el resultado.

Notas tomadas del diario de campo de "Economía del rap en el noreste de México".

6 de julio del 2015     

Sexta sesión clases de rap

José Juan Olvera


INTRO. Para poder comprender mejor lo que era hacer rap, pedimos a Aldo Ce, un rapero regiomontano muy activo en ese tiempo, que me enseñara a producir una canción de rap, desde el inicio hasta el final. En ese entonces, Aldo también era estudiante universitario, beatmeaker y promotor. Me guio en el aprendizaje para construir la pista musical, redactar la canción, ensayarla y grabarla. Conocí de programas computacionales para hacer efectos musicales, para grabar, para editar. Viví, pues, la música desde un ángulo muy particular e intenso. Las seis o siete sesiones fueron pagadas y me permitieron acercarme al mundo creativo, con sus prácticas, significados, emociones y problemas técnicos específicos. El aprendizaje me ofreció una comprensión que no hubiera podido lograr sólo con entrevistas, pues una característica de la música rap es construir tus propias rimas y hacer que ellas hablen de tu realidad. Un proceso que es intransferible y se vive intensamente.


FRAGMENTO DIARIO DE CAMPO. "Ahora lo que hice fue ensayar en mi casa y traje bien ensayados una estrofa y el coro. Lo volví a grabar todo de manera que, lo que estaba antes en la carpeta, fue sustituido por lo que hoy grabé. Lamentablemente, olvidé elaborar la segunda estrofa que estaba planeada para incluirse. Entonces ya no pudimos terminar este día.

Algunas cosas sobre nuestro encuentro de hoy: No hay que olvidar que su cuarto no tiene clima. Entonces ya estamos en pleno verano y la grabada era divertida porque con ese calor en un lugar tan encerrado que no tiene clima, Aldo tiene que apagar el ventilador y cerrar las ventanas para evitar que se meta el ruido. De manera que no es conveniente equivocarse mucho porque termina uno bañado en sudor. Le digo en broma que debiera vender el servicio como “baje de talla y haga su rap” y que si el tipo es un “maleta”, por lo menos se va a poner “en línea”.  Generalmente, encuentro adormilado, dormido, no sé. Quizá por el mismo calor o porque acaba de comer. Otra cosa interesante que me dijo es que duerme en ese cuartito, en un pequeño sofá, donde yo me siento y pongo mi computadora, celular, mi mochila. Según él, es muy caliente de día y muy fresco de noche. Normalmente él viste ropa muy ligera, siempre está en short y playera, con sandalias y sin calcetines. Mientras trabaja se suelta la sandalia y juega con ella. Al reírnos un ratito, tanto de Jorge [otro rapero], como de las quinceañeras [con las que no quiere trabajar, pero representan un buen negocio], lo del sudor y todo, me di cuenta de que yo necesito reír, necesito urgentemente reír...".